24.8.10

Lo verdadero y lo falso

Por Enrique Eskenazi

Transcripción por Alejandro Bica de un fragmento del curso Hegel y la Psico-Logía. Una lectura psico-lógica de la fenomenología del espíritu.



Lo verdadero y lo falso son los dos hilos siempre juntos del camino. Y el camino es el entre. El camino incluye lo verdadero y lo falso porque no es ni lo uno ni lo otro, es la secuencia permanente. No existe lo verdadero en un sitio y lo falso en otro. Toda verdad trae consigo su negación (lo falso) y todo lo falso no es sino el medio por el que se genera lo verdadero.

Si aplicamos esto a la psicología vamos a entender por qué Giegerich afirma -a diferencia de todos los junguianos, incluido James Hillman- que lo inconsciente no puede existir sino como lo inconsciente de la consciencia, y el creer que la consciencia anda por un lado y el inconsciente es un cuarto que anda por otro lado, es lo mismo que creer que lo verdadero está en un piso de la casa y lo falso está en otro piso, y cada cual va por su lado, cada cual es como un ente. Pero no. Lo verdadero tiene realidad lógica, y siempre es lo otro de lo falso, y que va consigo. Lo inconsciente siempre es lo inconsciente de la consciencia. Lo inconsciente es lo que la consciencia no está percibiendo. No es una cosa, es el filo, es el otro de la consciencia misma. No habrá inconsciente sin consciencia, no habrá consciencia sin inconsciente. Hablar de lo inconsciente como algo autónomo es tan ingenuo como hablar de lo verdadero o lo falso como algo autónomo separado del movimiento dialéctico. Pero esta crítica la aceptan muy pocos psicólogos profundos porque creen que si les quitan su inconsciente, les quitan su magia, les quitan lo que lo explica todo, y es cierto, les quitan la caja de los milagros de donde se puede sacar cualquier cosa, porque es la caja de lo inexistente.

Lo inconsciente acompaña a cualquier movimiento de la consciencia, pero no está por algún lado aparte de la consciencia, porque es el filo de la consciencia. ¿Puedes separar el filo de un cuchillo (y que el cuchillo ande por un lado y el filo por otro lado)? No. Y esto es para hablar con imágenes, para hacerlo accesible, pero evidentemente, lo verdadero y lo falso como proceso no es imaginable, y la consciencia y el inconsciente tampoco. En cuanto lo transformamos en imágenes lo transformamos en sustancias, en cosas, y nos hemos salido, hemos caído en el mundo de la representación, hemos olvidado que lo único real es el proceso.

Lo único real es el camino que se va haciendo, no el terreno por donde se pasa, porque los terrenos (en el camino lógico) surgen al caminar. No hay terrenos ya hechos en el camino lógico. En la vida natural sí, evidentemente, ese es el problema de lo natural, y el problema de la mente común, que solo ve lo imaginable y no puede entrar en el terreno de lo lógico porque trasciende la imaginación. En el terreno de la realidad cotidiana primero están los terrenos y luego está el camino que pasa por ese terreno. Pero en el terreno de la vida lógica solamente hay camino, y los terrenos (los temas) aparecen al caminar, y se hallan desapareciendo, desaparecen renovando el camino en direcciones nuevas, que al hacer la dirección crea los temas, que a su vez desaparecen en nuevas direcciones. No hay temas por un lado y camino del pensar por el otro. Pero en el mundo natural sí hay terrenos y el camino que va entre los terrenos y uno puede hablar de los caminos separados de los terrenos. Pero en el mundo del pensamiento lo esencial es el proceso; en el mundo del entendimiento, es decir, en el mundo de la representación, son las cajitas separadas.

Por eso el entendimiento (la representación), jamás aprehenderá la vida lógica. No capta nada del espíritu de los tiempos, porque solo entiende lo que se puede fotografiar con los ojos de los sentidos o con los ojos de la imaginación, permanece absolutamente cerrado a lo in-imaginable, es decir, a lo que solo se puede pensar. La famosa dificultad de Hegel (que como ven no es tan grande) es que no es tan fácil como que lo oigo y me entra porque se parece a lo que ya conozco. No se parece, no repite, no junta imágenes, obliga a participar en el proceso.