21.3.11

La ecología como nuevo "opio de los pueblos"

Visión de Slavoj Zizek sobre la naturaleza, la percepción de la realidad y la ecología. Parte del documental "Examined Life, Philososophy in the streets" (2008). Transcripción de Alejandro Bica.


[Zizek se encuentra en un basural.] Aquí es donde deberíamos empezar a sentirnos en casa. Parte de nuestra percepción diaria de la realidad es que esto desaparece de nuestro mundo. Cuando vas al baño, la mierda desaparece. Tiras la cadena. Por supuesto, sabes racionalmente que está en la canalización, etc., etc., pero en cierto nivel de tu experiencia más elemental, desaparece de tu mundo. Pero el problema es que esa basura no desaparece.

Piensa que la manera en que nos aproximamos a la problemática ecológica es probablemente el campo crucial de la ideología hoy en día. Y uso ideología en el sentido tradicional de la ilusoria forma equivocada de pensar y percibir la realidad. ¿Por qué? La ideología no es simplemente soñar sobre falsas ideas y esas cosas. La ideología se refiere a problemas muy reales, pero los mistifica.

Yo digo que uno de los mecanismos ideológicos elementales es lo que llamo la tentación del sentido. Cuando pasa algo terrible nuestra tendencia espontánea es a buscarle un sentido. "Debe significar algo", tu sabes, como el SIDA. Fue un trauma. Luego llegaron los conservadores y dijeron que era un castigo por nuestras formas de vida pecaminosas, etc., etc. Incluso si interpretamos una catástrofe como un castigo, en cierto sentido lo hace más fácil, porque sabemos que no es sólo una fuerza ciega atemorizante. Tiene un sentido. Cuando estás en medio de una catástrofe es mejor sentir que Dios te está castigando que sentir que simplemente está sucediendo. Si Dios te castigó sigue habiendo un universo de sentido. Y creo que es ahí donde entra la ecología como ideología.

Realmente, la promesa implícita de la ecología es que el mundo existente es el mejor mundo posible, que es un mundo equilibrado, que es perturbado por la arrogancia humana. Entonces, ¿por qué creo que esto es problemático? Porque creo que esta noción de naturaleza, -la naturaleza como un organismo armonioso, orgánico, equilibrado, que se reproduce y que casi está vivo- que es alterada, perturbada, descarrilada por la arrogancia humana, por la explotación tecnológica y demás, es, creo, una versión secular de la historia religiosa de la Caída. Y la respuesta debe ser... no que no existe caída, no que somos parte de la naturaleza, sino que, por el contrario, que no hay naturaleza.

La naturaleza no es una totalidad balanceada que luego perturbamos nosotros los humanos. La naturaleza es una gran serie de inimaginables catástrofes. Nos beneficiamos de ella. ¿Cuál es nuestra mayor fuente de energía hoy en día? El petróleo. ¿De qué estamos conscientes? ¿Qué es el petróleo? Las reservas de petróleo que benefician al planeta son remanentes de materiales de una catástrofe inimaginable. Estamos al tanto... porque todos sabemos que el petróleo está compuesto de los remanentes de vida animal, de plantas y demás. ¿Puedes imaginar qué clase de catástrofe impensable tuvo que ocurrir en la tierra? Entonces, es bueno recordar eso.

Tal vez la ecología de a poco pase a ser un nuevo opio de las masas, del modo que, como todos sabemos, Marx definió la religión.

Lo que esperamos de la religión es un tipo de gran autoridad incuestionable. Es la palabra de Dios, así que lo es, no lo discutes. Yo digo que hoy, la ecología está tomando cada vez más este rol de una ideología conservadora. Cada vez que hay un nuevo descubrimiento científico... el desarrollo biogenético, o lo que sea, es como si la voz que nos advierte no traspasar, no violar un cierto límite invisible, fuese hoy más y más la voz de la ecología, como un "No hagas eso", "Sería demasiado", "No te metas con el ADN", "No te metas con la naturaleza, no lo hagas". Esta desconfianza conservadora básica, en parte ideológica, al cambio, esto es actualmente la ecología.

Otro mito que es popular sobre la ecología, a saber, un mito ideológico espontáneo, es la idea de que nosotros los occidentales en nuestro entorno tecnológico artificial estamos alienados de entornos naturales inmediatos, que no deberíamos olvidar que nosotros los humanos somos parte del planeta viviente, que no debemos olvidar que no somos ingenieros abstractos, teóricos que solo explotamos la naturaleza, sino que somos parte de la naturaleza, que la naturaleza es nuestro fondo insondable, impenetrable.

Creo que ése es precisamente el gran peligro. ¿Por qué? Piensa en una cierta obvia paradoja. Todos sabemos en qué peligro nos encontramos, calentamiento global, la posibilidad de otras catástrofes naturales, etc. Pero ¿por qué no hacemos nada sobre eso? Es, creo, un buen ejemplo de lo que en psicoanálisis llamamos disavoiwal (renegación). La lógica es "Yo sé muy bien, pero actúo como si no supiera". Por ejemplo, precisamente, en el caso de la ecología, yo sé muy bien que a lo mejor haya calentamiento global, que todo va a explotar, ser destruido, pero después de leer un tratado al respecto, ¿qué hago? Me despreocupo. Veo, no las cosas que veo ahora atrás de mí [en el basural] (que para mi es una vista agradable), sino que veo árboles bonitos, pájaros cantando, etc., aunque sé racionalmente que todo está en peligro, simplemente no creo que esto pueda ser destruido. Este es el horror de visitar sitios de catástrofe como Chernobyl. En un sentido, evolutivamente no estamos hechos para siguiera imaginar algo así, es de alguna forma inimaginable.

Entonces creo que lo que tenemos que hacer para enfrentar apropiadamente la amenaza de la catástrofe ecológica no son todas estas cosas New Age para salir de este molde tecnológico manipulador y encontrar nuestras raíces en la naturaleza, sino que, por el contrario, es cortar aún más estas raíces en la naturaleza. Necesitamos mayor alienación del mundo en que vivimos, de nuestra naturaleza espontánea, por así decirlo. Deberíamos volvernos más artificiales. Deberíamos desarrollar, pienso, un nuevo materialismo abstracto más terrorífico, una especie de universo matemático donde no exista nada, solo fórmulas, formas técnicas, etc.

Y lo difícil es encontrar poesía, espiritualidad, en esta dimensión. Recrear -sino la belleza- una dimensión estética en cosas como éstas, en la basura misma. Este es el verdadero amor del mundo. Porque, ¿qué es el amor? El amor no es idealización. Todo verdadero enamorado sabe que si realmente amas a una mujer o a un hombre no lo idealizas. El amor significa que aceptas a esa persona con todas sus fallas, estupideces, puntos feos, y sin embargo, la persona es absoluta para ti, es lo que hace que la vida valga la pena ser vivida. Pero ves perfección en la imperfección misma. Y así es como deberíamos aprender a amar al mundo. Los verdaderos ecologistas aman todo esto. [Zizek señala el basural.]