Por Josep Vila Masellach
Barcelona, 2023
"Es muy fácil dejarse engañar por el carácter narrativo de [una] historia. Los mitos, los cuentos antiguos similares, así como los sueños, aparecen como narraciones, y el género de la narración tiende a seducirnos para leerlos de la misma manera que leemos informes de la vida real sobre sucesos reales, en los que todos los agentes involucrados son seres humanos reales, individuos separados, cada uno con su propia psicología y sus propias intenciones y motivaciones subjetivas, a menudo ocultas. En los cuentos míticos y similares, todas las figuras que juegan un papel en ellos no son, sin embargo, personas reales ni personas individuales. En realidad, son solo figuras en sentido estricto, muy parecidas a las diferentes figuras en un juego de ajedrez. No tiene cada una su propia psicología, sino que son idénticas a la función que les asigna la lógica general del cuento como un todo. Mientras que las personas que aparecen en el informe sobre un evento existen por derecho propio y tienen una vida real también fuera del informe o del evento relatado, las figuras en los mitos [...] existen solo en, para y en virtud de la historia respectiva y como sus exponentes. Esto explica la diferencia fundamental entre una interpretación psicológica de un cuento y, por ejemplo, una interpretación teológica. Para la teología, Dios existe no solo dentro, sino esencialmente también fuera de las historias que se cuentan sobre él. Para la psicología, el Dios que aparece en una historia es exclusivamente una figura interna de la historia."
Wolfgang Giegerich, "Comments on Marco Heleno Barreto’s 'Human dignity, original sin, coniunctio and modernity’” en el Newsletter de ISPDI Spring 2023, p.6.
Un placer anunciar el lanzamiento de 'Alma e historia’, segundo volumen de artículos reunidos en castellano de Wolfgang Giegerich.
Tengo el placer de anunciar Animus, una escuela virtual de psicología profunda orientada a estimular las preguntas psicológicas. Es el fruto de un trabajo cuidado e intenso junto a Alberto Arenales.
Con Alberto Arenales nos conocimos en las clases de Enrique Eskenazi en el 2008 que por aquel entonces empezaba a impartir unos cursos sobre la obra de Wolfgang Giegerich. La participación en esas clases encendió en nosotros una llama, un llamado, un interés y una pasión por ahondar cada vez más en su pensamiento psicológico. Desde entonces fuimos reuniéndonos asiduamente cada semana un pequeño grupo de personas para profundizar en su estudio, hacer lecturas y comentar la obra, empeño que se dilató en el tiempo incluso después de la triste muerte de Enrique Esquenazi en 2011. Tanto fue el entusiasmo y dedicación de esas reuniones que el mismo W. Giegerich tuvo la cortesía de bautizarlo como "la escuela de Barcelona".
Estos encuentros de estudio y reflexión resultaron ser tan estimulantes que nos animaron a dar un paso más allá y durante los últimos años nosotros dos estuvimos impartiendo distintos cursos y talleres aunque de forma separada y cada uno por su cuenta. En el año 2020 sentimos que era una buena idea aunar fuerzas y talentos y empezar un proyecto común. Congeniamos enseguida y decidimos poner en marcha una escuela virtual de psicología con un "sello" bien genuino y particular.
¡Los invito a todos a visitar el proyecto!
Pasaje de Wolfgang Giegerich, 'Coniunctio. Reflexions on a key concept of C.G. Jung's psychology', pp. 99-100. Traducción de Joan Martínez.
"Como psicólogos, no podemos simplemente adoptar las visiones religiosas/metafísicas de Dante, Goethe o de quien sea ni, tomando al pie de la letra las profundas experiencias internas arquetipales, seguir la concepción psicologística de Jung de la individuación. Como psicólogos somos honesta e implacablemente personas modernas (el 'hombre nacido') para quienes las auténticas imágenes, las verdades anímicas, las obras poéticas y cualquier otro fenómeno anímico al que nos dirijamos son imágenes puras y simples, es decir, no son símiles para alguna realidad que exista fuera de la imagen o una impronta de un arquetipo que exista positivo-factualmente, ni algo que como un signo apunte a ('bedeutet', quiera decir, signifique) algún referente externo (ya sea empíricamente visible o un misterio metafísico) y que, por lo tanto, proporcione un 'significado superior' o la verdadera presencia de la 'trascendencia' como un conocimiento absolutamente certero en el sentido del 'yo no creo, yo sé' de Jung. La imagen, como aquello como lo que un fenómeno psicológico existe para la disciplina de la psicología, tiene todo lo que necesita dentro de sí misma, incluso su 'referente', es decir, es ella misma su propio referente. No trata en realidad acerca de nada que no sea ella misma. Como tales, las grandes obras de la poesía, la filosofía y las artes pictóricas así como las grandes experiencias internas (o, respectivamente, los informes que recibimos de tales experiencias) pueden apreciarse en su totalidad como ejemplos del automostrarse del alma, de su hablar acerca de sí misma y, en este sentido, como verdades anímicas, pero como unas verdades autocontenidas. No tenemos ninguna necesidad de escondernos detrás de unas reservas intelectuales ni detrás de un miedo a la inflación, precisamente porque no jugamos, por poner un ejemplo, con la idea de 'Dios mismo'. Las imágenes son simplemente fenómenos, algo que se muestra a sí mismo, y que se muestra a sí mismo por aquello que es.
Y, para nosotros personalmente, son el alimento para nuestro hacer psicología en tanto que hacer-alma: el alimento para la reflexión psicológica, para la interpretación, para nuestros intentos conscientes de darles un sentido bajo nuestra propia responsabilidad en términos de alma. Nos hacen pensar, estimulan la mente, diferencian y acrecientan su rango y diversidad de categorías, añaden dimensiones completamente nuevas a nuestro pensamiento y sentimiento y, además, nos conectan con la riqueza de nuestra historia y nuestra tradición, en el sentido del cultivo de mnemosyne. Al enriquecer la mente de distintos modos, puede que nos ayuden a orientarnos mejor en la vida y den mayor profundidad a nuestra experiencia vital. Pero no nos dicen qué es aquello en lo que deberíamos creer ni cuál es la verdad sobre la vida, la muerte o el mundo. No se refieren a nuestra transfiguración o a nuestro renacimiento. Hacer-alma, eso es todo."
Un placer anunciar “Violencia del alma”, el primero de una serie de libros en el que se reúne una extensa colección de ensayos de Wolfgang Giegerich en castellano.
En este primer volumen se recogen los siguientes textos: “El sacrificio de Isaac y la línea divisoria de la historia: Observaciones preliminares y metodológicas en torno al tema de las matanzas rituales” (2008), “Matanzas” (1993) y “El ánimus como negación y como el propio Otro del alma: La triple posición del alma con respecto a su experiencia de su Otro” (1993).
Muy agradecido a Luis R. Álvarez por acompañar este proceso de traducción y edición, y al autor por su amable colaboración y por facilitar todo lo necesario para que este proyecto sea posible.
También agradecer el maravilloso prólogo de Alberto Arenales y la colaboración en la revisión de la traducción a Thais Alef, Alejandro Chavarria, Joan Martínez y Alberto Arenales.
Jung’s Thought of the Self in the Light of Its Underlying Experience, artículo publicado en The Neurosis of Psychology: Primary Papers towards a Critical Psychology, Vol. I de sus artículos reunidos en inglés, pp. 171-189 (Spring Journal Books, 2005).
Pasaje de James Hillman, 'Re-imaginar la psicología' (1975), pp. 371-374.