25.11.21

La imagen psicológica

Pasaje de Wolfgang Giegerich, 'Coniunctio. Reflexions on a key concept of C.G. Jung's psychology', pp. 99-100. Traducción de Joan Martínez.

"Como psicólogos, no podemos simplemente adoptar las visiones religiosas/metafísicas de Dante, Goethe o de quien sea ni, tomando al pie de la letra las profundas experiencias internas arquetipales, seguir la concepción psicologística de Jung de la individuación. Como psicólogos somos honesta e implacablemente personas modernas (el 'hombre nacido') para quienes las auténticas imágenes, las verdades anímicas, las obras poéticas y cualquier otro fenómeno anímico al que nos dirijamos son imágenes puras y simples, es decir, no son símiles para alguna realidad que exista fuera de la imagen o una impronta de un arquetipo que exista positivo-factualmente, ni algo que como un signo apunte a ('bedeutet', quiera decir, signifique) algún referente externo (ya sea empíricamente visible o un misterio metafísico) y que, por lo tanto, proporcione un 'significado superior' o la verdadera presencia de la 'trascendencia' como un conocimiento absolutamente certero en el sentido del 'yo no creo, yo sé' de Jung. La imagen, como aquello como lo que un fenómeno psicológico existe para la disciplina de la psicología, tiene todo lo que necesita dentro de sí misma, incluso su 'referente', es decir, es ella misma su propio referente. No trata en realidad acerca de nada que no sea ella misma. Como tales, las grandes obras de la poesía, la filosofía y las artes pictóricas así como las grandes experiencias internas (o, respectivamente, los informes que recibimos de tales experiencias) pueden apreciarse en su totalidad como ejemplos del automostrarse del alma, de su hablar acerca de sí misma y, en este sentido, como verdades anímicas, pero como unas verdades autocontenidas. No tenemos ninguna necesidad de escondernos detrás de unas reservas intelectuales ni detrás de un miedo a la inflación, precisamente porque no jugamos, por poner un ejemplo, con la idea de 'Dios mismo'. Las imágenes son simplemente fenómenos, algo que se muestra a sí mismo, y que se muestra a sí mismo por aquello que es.

Y, para nosotros personalmente, son el alimento para nuestro hacer psicología en tanto que hacer-alma: el alimento para la reflexión psicológica, para la interpretación, para nuestros intentos conscientes de darles un sentido bajo nuestra propia responsabilidad en términos de alma. Nos hacen pensar, estimulan la mente, diferencian y acrecientan su rango y diversidad de categorías, añaden dimensiones completamente nuevas a nuestro pensamiento y sentimiento y, además, nos conectan con la riqueza de nuestra historia y nuestra tradición, en el sentido del cultivo de mnemosyne. Al enriquecer la mente de distintos modos, puede que nos ayuden a orientarnos mejor en la vida y den mayor profundidad a nuestra experiencia vital. Pero no nos dicen qué es aquello en lo que deberíamos creer ni cuál es la verdad sobre la vida, la muerte o el mundo. No se refieren a nuestra transfiguración o a nuestro renacimiento. Hacer-alma, eso es todo."